Las emociones de los niños y las niñas.
Una de las principales preocupaciones de los padres
hoy en día es la educación de sus hijos, pero en muchas ocasiones se olvidan de
un aspecto imprescindible para el óptimo desarrollo del niño, la educación emocional.
En los primeros
años de vida, los niños poseen una importante plasticidad cerebral, por lo que
es en esta etapa donde el aprendizaje es especialmente
importante para el enriquecimiento y adecuado desarrollo tanto
el área cognitiva como afectiva.
La inteligencia emocional consiste en disponer de
habilidades que nos sirven tanto para reconocer nuestras emociones como las de
los demás y gestionarlas adecuadamente.
Cómo explicar las
emociones a los niños y niñas
Es importante tratar el tema de las emociones con los
niños de manera cercana, haciéndoles ver que las emociones y los
sentimientos están presentes en todos los seres humanos. También será
importante explicar qué son las emociones, de forma adaptada a su comprensión
en función de su edad.
Existen cuatro emociones
primarias: la ira, la tristeza, el miedo y la alegría. Es importante
empezar por estas emociones, ya que de ellas emergen las emociones secundarias:
·
Ira: rabia, enojo, resentimiento, furia, exasperación, indignación,
actitud, animosidad, irritabilidad, hostilidad y, en caso extremo, odio y
violencia.
·
Tristeza: aflicción, pena, desconsuelo, pesimismo, melancolía, soledad,
desaliento, desesperación y, en caso patológico, depresión grave.
·
Miedo: ansiedad, aprensión, temor, preocupación, consternación,
inquietud, desasosiego, incertidumbre, nerviosismo, angustia, susto, terror y,
en el caso de que sea psicopatológico, fobia y pánico.
·
Alegría: felicidad, gozo, tranquilidad, contento, beatitud, deleite,
diversión, dignidad, estremecimiento, gratificación, satisfacción, euforia,
capricho, éxtasis.
Podemos realizar actividades que trabajen
la identificación de las emociones básicas, la autoexpresión emocional y la
empatía (corazón de la Inteligencia Emocional), trabajando con los niños a
ponerse en el lugar de los otros, a diferenciar que los sentimientos ajenos pueden
ser distintos a los suyos. También enseñando a poner nombre a las distintas
emociones y a saber cuál es la mejor forma de manifestarlas
El que los niños aprendan y
dominen las habilidades sociales y emocionales, les ayudará no sólo en la
escuela, sino también en todos los aspectos vitales.
¿Cuáles
son estas habilidades decisivas?
En 1995, Daniel Goleman, Eileen Rockefeller Growald, Timothy Shriver, Linda Lantieri y otros, fundaron Collaborative for Academic, Social, and Emotional Learning (CASEL) una organización que se centra en el uso del aprendizaje social y emocional como parte esencial de la educación. CASEL propone cinco grupos básicos de habilidades o aptitudes que construyen la inteligencia emocional:
– Autoconciencia: Identificar los pensamientos, los sentimientos y la
fortaleza de cada uno, y notar cómo influye en las decisiones y las acciones.
– Autoconciencia social: Identificar
y comprender los pensamientos y los sentimientos de los demás desarrollando la
empatía, y ser capaz de adoptar el punto de vista de los otros.
– Autogestión: dominar las
emociones para que faciliten la tarea que se está realizando y no interfieran
en ella; establecer objetivos a corto y largo plazo; y hacer frente a los
obstáculos que puedan aparecer.
– Toma de decisiones responsable: generar ejecutar y evaluar soluciones positivas e
informadas a los problemas, y considerar las consecuencias a largo plazo de las
acciones para uno mismo y para los demás.
– Habilidades interpersonales: expresar rechazo a las presiones negativas de
compañeros y trabajar para resolver conflictos con el objetivo de mantener unas
relaciones sanas y gratificantes con los individuos y el grupo.
Son justo la autoconciencia, la
autoconciencia social y la autogestión de las habilidades las áreas que más
necesitan entrenar y profundizar los afectados por TDAH.
Actividades de emociones y sentimientos
para niños y niñas
Algunas
estrategias generales para trabajar
las emociones y los sentimientos con niños y niñas son las
siguientes:
· Invitar al infante a reflexionar y realizar debates sobre momentos o situaciones que se dan de manera cotidiana. Por ejemplo: cuando otro niño se acerca a quitarle un juguete, preguntarle qué siente en ese momento.
· Explicar siempre los dos puntos de vista haciendo así un ejercicio de empatía. Con el ejemplo anterior se conversaría sobre qué siente el niño que quita el juguete y qué siente el niño al que le quitan el juguete.
· Reconocerle al infante el mérito de hablar sobre sus emociones y sentimientos de manera espontánea, dada la importancia de la expresión de emociones en los niños y las niñas.
También podemos tener en cuenta las siguientes actividades:
1.
Diario
de las emociones: El juego es una dinámica educativa que trata de favorecer la
reflexión sobre los propios estados emocionales. A través de esta dinámica
vamos a procurar que los niños y niñas dibujen sus estados emocionales y que
tomen conciencia de cuando sienten cada emoción, de los posibles
desencadenantes y consecuencias. De esta manera tendrán un rico collage de las
propias emociones.
2.
Juego
“El observador”: Deben observar las expresiones emocionales de otras personas
(familiares y amigos). Deben fijarse en los aspectos verbales (qué dice y cómo
lo dice) y en los aspectos no verbales: gestos faciales, muecas, tonos de voz,
tics, etc. Como ya se trabajó al principio, este juego les motiva mucho porque
saben en qué han de fijarse.
3.
¿Qué
estará pasando? A través del roleplaying podemos
plantear diversas situaciones, reales o imaginarias (preferiblemente reales), y
han de dramatizar la situación con todo tipo de detalles. El resto de
compañeros deben tratar de adivinar los estados afectivos en cada uno de los
acontecimientos relatados. “Me imagino que sentiste…..cuando”. Confirmar
si ha acertado en los sentimientos.
4.
El
juego del nombre: Se les reparte a los niños dos hojas de papel y se les pide que apunten
su nombre y apellido. Después, en una de las hojas, se les pide que con cada
letra de su nombre apunten las cualidades que consideran que tienen (si el
nombre es muy largo, puede pedirse que lo hagan solo con el nombre o el
apellido). Por ejemplo: Si la persona se llama Bea Salta, las cualidades o
virtudes pueden ser: Buena, enérgica, amable, segura, agradable, lista,
trabajadora y asertiva.
En la otra hoja, se les pide a los niños que escriban el nombre de
alguien que haya influido en su vida. Y entonces deben escribir palabras que expresen cómo les han influido éstos.
De este modo se crea un vínculo entre el autoconcepto y los valores positivos
que han sido asociados a uno mismo, generando una narración autobiográfica
acerca del desarrollo de su personalidad que ayude a consolidar estos
recuerdos.
5.
La
caja de las emociones: Una de las formas con las que podemos trabajar las emociones en clase es
a través de un juego denominado «La caja de las
emociones». Su funcionamiento es simple y puede ser adaptado a las
características o necesidades de cada clase. Se tiene que prepara una caja (de plástico, cartón, etc.) con
todo nuestro grupo de alumnos y en ella se escribe el nombre de
las diferentes emociones, junto con algún dibujo representativo. Esta
caja debe estar situada en un lugar visible del aula y
ser accesible a todos los alumnos. Además, se dispondrá de papel en forma de pequeñas notas para que los alumnos
puedan escribir en ellos sus mensajes. El objetivo de
este juego es conseguir que nuestros alumnos y alumnas aprendan a comunicarse emocionalmente. A partir de
estas comunicaciones individuales podemos profundizar en el conocimiento de las
diferentes emociones (alegría, tristeza, desesperanza, rencor, etc.). De esta
forma se logra una mayor inteligencia emocional y enseñar nuevas formas
de afrontamiento de conflictos y canalización adecuada de los
sentimientos que la acompañan. Con ello también estamos efectuando un trabajo
preventivo respecto a posibles nuevos conflictos.
6.
El
diccionario de las emociones: Es un juego muy eficaz para que los niños aprendan a
interiorizar sus emociones. Se utilizan cartulinas donde los alumnos
escriben, en letras grandes, los nombres de una emoción: tristeza, alegría,
rabia, etc. Después tienen que hacer un dibujo inspirado en dichas emociones y
en las respuestas, emocional y/o física. El tarro de las buenas
noticias: Este juego está especialmente pensado para potenciar el optimismo y los pensamientos positivos en los niños.
Cada vez que ocurra una buena noticia en el contexto de la clase (un
cumpleaños, el nacimiento de un hermanito o hermanita, un logro personal de
algún niño o niña, etc.) los alumnos lo deben escribir o representar con algún
dibujo y depositarlo en un tarro. El contenido de dicho tarro puede
ser objeto de debate y al final de curso se puede hacer un
mural con todas las buenas noticias que han ocurrido.
7.
El
acusado: Esta dinámica es ideal para que los profesores eduquen a sus
alumnos en control emocional. En el aula, el profesor debe leer en
voz alta el comienzo de esta historia.
“Va Pepe muy contento por el parque, cuando de repente ve a Rafa
viniendo a su encuentro. Rafa tiene una mirada muy rara. Pepe se pregunta qué
le estará pasando. Se acercan y se saludan, pero inmediatamente Rafa comienza a
gritar. Dice que Pepe le ha hecho quedar muy mal con los otros chicos del
barrio, que es mal amigo, que tiene la culpa de todo lo que le pasa. Entonces
Pepe…”.
Una vez leído el cuento, los alumnos deben pensar
de forma individual cómo actuarían se encontraran en la situación en la que
está Pepe. Después, se comparten las respuestas y se clasifican en
dos grupos: las que permiten la conciliación y buscan un camino pacífico y las
que promueven un mayor conflicto.
Trabajar las emociones con niños o
niñas autistas
Las
emociones con niños autistas se pueden trabajar mediante las siguientes
actividades:
· Contar cuentos sobre las emociones.
· Identificar emociones en una foto o imagen donde aparezcan varias personas distintas emociones.
· Jugar a expresar de manera gestual distintas emociones delante de un espejo.
· Narrar distintas situaciones y que el niño identifique la emoción que puede sentir el protagonista en cada situación.
· Dibujar distintas expresiones faciales es otra de las actividades para trabajar las emociones en niños y niñas.
Trabajar
las emociones con niños o niñas con Síndrome de Down
Las
emociones con infantes con Síndrome de Down se pueden trabajar mediante las
siguientes actividades:
· Explicar cuentos sobre las emociones.
· Jugar a adivinar qué está sintiendo el compañero o la compañera es otra de las actividades para trabajar las emocione y la empatía.
· Dejar que los infantes se expresen y hacer preguntas en referencia a lo que sienten y por qué motivo.
· Dramatizar e interpretar distintas situaciones conflictivas donde los protagonistas estén sintiendo distintas emociones.
· Jugar a las hipótesis “imagina que estás muy triste porque se te ha perdido un juguete, ¿qué harías?”.
Trabajar
las emociones con niños o niñas con discapacidad
Las
emociones con infantes con discapacidad se pueden trabajar mediante las
siguientes actividades:
· Contar cuentos sobre las emociones.
· Escuchar canciones de estilos distintos que evoquen sentimientos y emociones distintas.
· Visionar películas o vídeos donde los protagonistas sientan distintas emociones.
· Realizar ejercicios y técnicas de mindfulness.
Cuentos para
educar con inteligencia emocional
Algunos cuentos sobre emociones para trabajar la inteligencia emocional
con los infantes son los siguientes:
· El pequeño Edu no está enfadado: mediante este libro se pueden poner palabras y gestos a los sentimientos.
· Monstruo triste, monstruo feliz: a través de este libro se evidencia que todo el mundo tiene sentimientos y emociones, incluso los monstruos.
· Nube: Nube es una niña que tiene un amigo imaginario a la que le van sucediendo cosas y sintiendo emociones distintas.
· Serie de libros “Sentimientos”: son un conjunto de libros a través de los cuales se trabajan sentimientos distintos (“cuando estoy enfadado”, “cuando estoy contento”, “cuando estoy celoso”, “cuando me siento querido”, entre otros).
Conclusión:
Enseñar a los niños a reconocer y gestionar
emociones, les permite incrementa la percepción de control sobre aquellos que
les ocurre, lo que es fundamental para un adecuado desarrollo de su autoestima y autoconcepto.
El compartir las emociones con los demás es
fundamental para el desarrollo social de nuestros hijos. Las personas con una
adecuada tolerancia a la frustración mantienen unas relaciones sociales más
satisfactorias.
Para un niño el tener amigos es hacerle sentir
parte de un grupo, recibir apoyo en los momentos que lo necesita, compartir
experiencias, intereses, todo esto a su vez le ayuda a construir una adecuada
imagen de sí mismo.
La manera más adecuada y divertida de educar en
emociones a un niño, es a través del juego, que les permite ir
incorporando recursos adecuados que luego generaliza en su vida cotidiana. Por supuesto a esto debemos añadir
nuestra interacción respetuosa y amorosa. Somos su ejemplo, el espejo en el que
se miran.
Por eso es importante empezar por uno
mismo y trabajar nuestras emociones y habilidades (sociales, personales y
emocionales), para luego poder ayudar a los niños a trabajar las suyas.
Bibliografía
· Bie, L. (2014). El pequeño Edu no está enfadado. España: juventud.
· Goleman, D. (1996). Inteligencia emocional. Barcelona: Kairós.
· López, È. (2005). La educación emocional en la educación infantil. Revista interuniversitaria de formación del profesorado, 54, 153-168.
· https://www.imageneseducativas.com/actividades-para-trabajar-las-emociones-con-ninos/
Excelente trabajo compañera es muy interesante las estrategias abordadas 👍
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