jueves, 11 de febrero de 2021

APRENDE A CONVIVIR

Aprender a convivir

La aparición de graves perturbaciones sociales –violencia, conductas de riesgos, fracaso escolar, drogas, conflictos familiares, depresiones infantiles- ha hecho que en toda nuestra área cultural crezca el interés por la educación para la convivencia. Algo tan complejo como convivir tiene que tratarse a muchos niveles, lo que ha dado lugar a un panorama variado y caótico de disciplinas.

No nacemos con la habilidad de convivir. Comenzamos a aprender a convivir en cuanto nos damos  cuenta de las demás personas. Después, como niños y como adultos, seguimos desarrollando esa habilidad. Estamos aprendiendo a convivir toda la vida.

Jacques Delors (1996) señala:

“La idea de convivir con las y los demás es un instrumento entre varios para combatir los prejuicios que impiden la concertación. De esta manera, parecería adecuado que la educación se diera a dos niveles; en un primer nivel, en el descubrimiento gradual del otro; en un segundo nivel, en la participación de trabajos en común, con un método de solución de conflictos presentes. Descubrir al otro u otra tiene una doble misión, una que es enseñar la diversidad de la especie humana, la otra contribuir a una toma de conciencia de las semejanzas y la interdependencia entre todos los seres humanos; ello teniendo en cuenta que el descubrimiento del otro pasa forzosamente por el descubrimiento de uno mismo o una misma”. (Cabildo Verde 2008b)

 

El ser humano aspira a vivir y a convivir de cierta manera, necesita hacerlo en una sociedad y, para logarlo, tiene que comportase de acuerdo con unas normas. 

Pero hablando del ámbito educativo, encontramos 4 pilares de la educación que son esenciales pero un excelente desarrollo del niño, niña, adolescente y docente.

Aprender a conocer

El primer pilar de la educación de Delors hace referencia a que cada persona aprende a comprender el mundo que le rodea para vivir con dignidad y desarrollar todas sus capacidades; en el caso de los niños y niñas de primaria, ellos van a empezar a adquirir los elementos para la comprensión del conocimiento. En este sentido, se desarrollan aspectos como los siguientes:

  • Estimular el sentido crítico, es decir, que niños y niñas puedan cuestionar y dar su opinión según su propio criterio.
  • Despertar la curiosidad intelectual, dado que la curiosidad es una característica del desarrollo infantil. En este sentido se busca que en los niños y las niñas nazcan las ganas de investigar y encuentren placer en hacerlo.
  •  Ejercitar la memoria, con el objetivo de que niños y niñas se nutran con todo tipo de experiencias que les permitan desarrollar su pensamiento.
  • Lograr autonomía en la toma de decisiones, es decir, que los niños y niñas puedan tener experiencias y llevar a cabo actividades donde puedan ejercitar su autonomía.

Aprender a hacer

Aprender haciendo es el segundo pilar de la educación, el cual permite recordar que aprendemos manipulando, actuando, ya que al hacer una observación o manipulación nuestros órganos sensores (los sentidos) mandan los impulsos originados al córtex cerebral, a partir de lo cual se crea nuestra imagen del mundo y se hacen las predicciones sobre su funcionamiento.

El mejor aprendizaje no vendrá de encontrar las mejores formas para que el profesor o profesora instruya, sino de dar a niños y niñas las mejores oportunidades para que construyan tal aprendizaje.

Los niños y las niñas aprenden jugando, aprenden creando, aprenden en grupo. Y por medio de estas actividades pueden poner en práctica el aprender haciendo.

Aprender a ser

La educación debe permitir que cada persona desarrolle y nutra un pensamiento crítico, de juicio propio, desde el cual le sea posible determinar por sí misma qué debe hacer en las diferentes circunstancias de la vida. Es decir, se busca que la persona sea libre, autónoma.

El aprender a ser permitirá que la persona desarrolle aspectos tales como:

  • Pensamiento crítico. Para llegar a él, el niño o la niña debe ejercitarse desde la infancia y se debe brindar oportunidades para que pueda ponerlo en práctica y elaborar juicios propios, es decir, para que adquiera autonomía.
  • Libertad de pensamiento, sentimiento y acción. Los niños y las niñas deben aprender desde pequeños a asumir responsabilidad sobre su ser.
  • Creatividad e innovación. Se debe garantizar a niños y niñas un espacio en el cual se les permita explorar su capacidad creadora e innovadora.
  • Búsqueda del bien común. Esto implica que niños y niñas se respeten a sí mismos y respeten al otro y, también, que aprendan a actuar con justicia, solidaridad y actitud de servicio.

Aprender a convivir

La convivencia es una situación inevitable. Nacemos en una familia y, salvo excepciones, los seres humanos viven en agrupaciones más amplias: tribus, pueblos, ciudades. Pero las dificultades de la convivencia surgen del  enfrentamiento de los deseos y de los intereses. Queremos cosas distintas y entonces no nos entendemos, o queremos las mismas cosas y entonces nos enfrentamos. El deseo individual nos separa, los proyectos comunes nos une. Saint-Exupery escribe en una de sus obras: “Haz que edifiquen juntos una torre, y les convertirás en hermanos. Pero si quieres que se odien, arrójales comida”.

El individualismo dificulta la convivencia y gran parte de las disfunciones sociales que podemos proceden de ahí, pero por muchas razones, después de una larga historia de fracasos, nuestra cultura defiende  la persona concreta – no la comunidad- como gran valor.

Aprender a convivir significa “aprender a convivir bien. ¿Y esto que quieres decir? Una buena convivencia es la que facilita o promueve la felicidad de los participantes.

Las normas morales son impuestas por la sociedad al individuo, en nombre del bien común. Lo que necesitamos es elaborar una noción de “bien común” en la que esté incluida la autonomía, la libertad, la búsqueda de la felicidad privada de cada persona. La gran dificultad de la convivencia procede del choque entre el individuo y la comunidad, entre el individuo y el otro individuo, y solo podrá resolverse, o al menos apaciguarse, respetando esas normas. Convivir es cuestión de habilidades psicológicas y de respetos morales. Porque la moral nos protege de las intermitencias del corazón o de los deseos tenaces pero injustos.

Para poder tener una convivencia pacífica, para interactuar y conocer a los demás y para lograr trabajar por objetivos comunes, es importante desarrollar una serie de valores y actitudes como los que se señalan a continuación:

  • Desarrollo del autoconocimiento y la autoestima. Tarea que niños y niñas deben emprender desde la primera infancia.
  • Desarrollar la empatía, es decir, la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Aquí es importante que niños y niñas tengan la oportunidad de iniciarse en la empatía, aunque esta no se adquiera en esta etapa, pero sí se sientan las bases para su desarrollo.
  • Resolución de conflictos sin violencia. Los niños y las niñas se ejercitan en la resolución de conflictos haciendo uso del diálogo y el respeto al otro
  • Cooperación. Aprenden a compartir y trabajar en equipo por un bien común, disfrutando de las metas alcanzadas en grupo.
  • Tolerancia a las diferencias. Los niños y las niñas se pueden reconocer como diferentes a nivel personal pero iguales en derechos.

PERO ¿POR QUÉ ES IMPORTANTE LA CONVIVENCIA ESCOLAR?

En el marco del Derecho a la Educación como derecho humano fundamental, y en especial de la iniciativa “Educación para Todos”, esto significa que la convivencia escolar, entendida como prevención de violencia, generación de climas escolares constructivos/nutritivos y/o formación ciudadana, debe ser parte de la garantía del derecho y por tanto se ha ido constituyendo como un eje cada vez más central de las políticas educativas.

Una parte de los esfuerzos por mejorar la convivencia escolar se basa en una racionalidad instrumental que entiende a la convivencia escolar como un medio para lograr buenos aprendizajes. La escuela debiese ser un espacio donde los niños construyan aprendizajes académicos y socioemocionales y aprendan a convivir de manera democrática, convirtiéndose en los protagonistas de sociedades más justas y participativas (UNESCO, 2013).

 Así, la educación social, emocional, ética y académica es parte del derecho humano a la educación que se debe garantizar a todos los estudiantes. Además, a participar se aprende, y este es uno de los elementos que forman parte de la educación para la ciudadanía, que se reconoce actualmente, junto con los logros en los aprendizajes académicos, como uno de los objetivos finales de los sistemas educativos.

¿CÓMO ENTENDEMOS LA CONVIVENCIA ESCOLAR?

Las formas de abordar la convivencia escolar se relacionan con las maneras en que entendemos la convivencia escolar.

Las concepciones generan ciertos efectos sobre las prácticas escolares. Así, una concepción de la convivencia focalizada en los problemas de conducta de los estudiantes, tenderá a generar sistemas de castigo ante la falta de cumplimiento de las normas esperadas, fortalecerá la creación de sistemas de normas y velará por su cumplimiento.

Una concepción centrada en el ambiente de aprendizaje, tenderá a involucrar más a los profesores en la comprensión de que ellos son parte de la solución, en tanto pueden ser también parte del problema, y tenderá a vincular la convivencia escolar con los aspectos técnico-pedagógicos, para crear ambientes de aprendizaje que logren mejorar el rendimiento de todos los estudiantes.

Por último, una concepción de convivencia escolar de tipo transformacional vincula a la escuela con la formación en ciertos valores sociales y humanos (por ejemplo, valores republicanos, cristianos) y generará acciones que vinculan fuertemente a la convivencia escolar con el ethos escolar, generando una fuerte identidad de estudiantes y apoderados con la escuela y promoviendo acciones de la comunidad escolar que trascienden el aula.

Con estos pilares de la educación también podemos aprender con unas herramientas que lo docentes de aula, educadores físicos, docentes de artes e incluso los padres de familia realizan son:

Aprender jugando

Es una herramienta esencial durante el proceso de aprender. Significa conocer ciertas normas y crear otras. Si en ese aprender haciendo damos a niños y niñas normas y reglas que todos entiendan, acepten y cumplan, tanto estudiantes como profesores, entonces la enseñanza-aprendizaje se convierte en un juego admitido por todos y asegura la posibilidad de incorporar elementos de la realidad. El aprender jugando favorece igualmente el aprendizaje formal y el informal y también la creatividad. Algunos ejemplos de aprender jugando en relación al tema ambiental son los siguientes:

  • Aprender jugando con agua: juegos de mesa sobre el agua, juego competitivo de lavarse las manos con la menor cantidad de gotas de agua.
  • Aprender jugando con energía: resolver el acertijo sobre cómo llega la luz a nuestras casas.
  • Aprender jugando con biodiversidad: completar definiciones y jugar a adivinar a qué animal en peligro de extinción corresponde una definición.
  • Aprender jugando con residuos sólidos: jugar a ser detectives del medio ambiente identificando las zonas de contaminación de nuestra comunidad, por equipos y resolviendo pistas.

Aprender creando

Entendiendo la creatividad como una actitud o capacidad de relacionar, reestructurar elementos de la realidad, calcular, reflexionar, formar combinaciones, deshacer para rehacer, descubrir la multiplicidad, inventar nuevos enfoques. De estas maneras se logran ideas o productos originales o relevantes, sabiendo que todo logro es perfectible. El y la estudiante crea porque le satisface y lo siente como una conducta autorrealizadora. La creatividad no solo se ubica en un plano cognitivo, sino que tiene claras manifestaciones afectivas y emocionales y evidentes vínculos con los procesos de desarrollo personal.

De ahí la importancia de que en las aulas de primaria se generen estas experiencias vivenciales, donde se busque:

  • Desarrollar procesos cognitivos para relacionarse con el mundo exterior (tocar, observar y comparar, entre otros), crear representaciones mentales y simbolizar.
  • Promover el aprendizaje creativo y reflexivo, permitiendo que sean los niños y las niñas los protagonistas, elaborando sus propias hipótesis, llegando a sus propias conclusiones y generando su propia creatividad.
  • Desarrollar su autoestima, es decir, sentirse seguros y libres para expresarse, desarrollando el principio de autoeficacia, es decir, que se sientan capaces de poder realizar diversas tareas y hacerlas bien.

Aprender en grupo

Diseñando y generando espacios para aprender en forma colectiva, aprender a través de la acción-investigación y aprender con otros. Estos espacios pueden ser complejos o elementales, pero en todo caso toda acción, investigación, competencia e intercambio, con visión global y acción local, es un espacio donde más tarde o más temprano todos nos iremos situando.

Fomentar el trabajo en grupo en la educación primaria es fundamental, ya que por medio de él:

  • Se permite que niños y niñas aprendan a organizarse y a repartir roles y tareas para lograr el bien del grupo.
  • Se desarrolla el sentido de pertenencia y de compromiso con los demás.
  • Se promueve la tolerancia y el respeto por el otro.
  • Se fortalecen las habilidades de opinar y de escuchar.
  • Se desarrollan habilidades para la resolución de conflictos.
  • Se permite la formulación y sustentación de hipótesis.
  • Se aprende a valorar y respetar las diferencias de opinión.
  • Se favorece el desarrollo de la autoestima y la motivación.
  • Se favorece la autocorrección y la autoevaluación de las tareas realizadas.

 

Con todo lo señalado con anterioridad… ¡RECAPITULEMOS!

Cuando el niño juega por jugar no reflexiona acerca de sus conocimientos, en cambio cuando juega con una guía o una estructura va construyendo nuevos conocimientos y saberes. Por que es sumamente importante la mediación del docente o la docente para que niños y niñas reflexionen críticamente y asuman compromisos y responsabilidades que les faciliten la convivencia y los hagan conscientes del valor de los recursos y de su uso óptimo.

Las personas que se llevan bien con los demás tiene buenas habilidades para la convivencia-estas habilidades se desarrollan cuando las personas se relacionan unas con otras, aprenden como son ellas mismas y toman en cuentan los sentimiento de los demás.

Es importante para todos saber convivir con cualquier-grupo- sea una familia, un grupo de amigos o incluso los compañeros de curso en la escuela. Porque los niños no solo aprenden por la forma en que nosotros les enseñamos las cosas y lo tratamos. También aprenden cuando observan cómo la gente de su comunidad se trata entre sí.

Recursos bibliográficos:

https://hesperian.org/wp-content/uploads/pdf/es_hcwd_2008/es_hcwd_2008_Cap10.pdf

https://www.minam.gob.pe/proyecolegios/Curso/curso-virtual/Modulos/modulo2/2Primaria/m2_primaria/autoevaluacin_iv.html

VERÓNICA LÓPEZ. APUNTES: EDUCACIÓN Y DESARROLLO POST-2015. CONVIVENCIA ESCOLAR. PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE VALPARAÍSO. OFICINA SANTIAGO. OFICINA REGIONAL DE EDUCACIÓN PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE.2014- N°4.  www.unesco.org/santiago

 

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