La aparición de
graves perturbaciones sociales –violencia, conductas de riesgos, fracaso escolar,
drogas, conflictos familiares, depresiones infantiles- ha hecho que en toda
nuestra área cultural crezca el interés por la educación para la convivencia.
Algo tan complejo como convivir tiene que tratarse a muchos niveles, lo que ha
dado lugar a un panorama variado y caótico de disciplinas.
No nacemos con la
habilidad de convivir. Comenzamos a aprender a convivir en cuanto nos
damos cuenta de las demás personas. Después,
como niños y como adultos, seguimos desarrollando esa habilidad. Estamos
aprendiendo a convivir toda la vida.
Jacques Delors (1996) señala:
“La idea de convivir con las y los demás
es un instrumento entre varios para combatir los prejuicios que impiden la
concertación. De esta manera, parecería adecuado que la educación se diera a
dos niveles; en un primer nivel, en el descubrimiento gradual del otro; en un
segundo nivel, en la participación de trabajos en común, con un método de
solución de conflictos presentes. Descubrir al otro u otra tiene una doble
misión, una que es enseñar la diversidad de la especie humana, la otra
contribuir a una toma de conciencia de las semejanzas y la interdependencia
entre todos los seres humanos; ello teniendo en cuenta que el descubrimiento
del otro pasa forzosamente por el descubrimiento de uno mismo o una misma”. (Cabildo
Verde 2008b)
El ser humano aspira a vivir y a convivir de
cierta manera, necesita hacerlo en una sociedad y, para logarlo, tiene que comportase
de acuerdo con unas normas.
Pero hablando del ámbito educativo,
encontramos 4 pilares de la educación que son esenciales pero un excelente
desarrollo del niño, niña, adolescente y docente.
Aprender a conocer
El primer pilar de
la educación de Delors hace referencia a que cada persona aprende a comprender
el mundo que le rodea para vivir con dignidad y desarrollar todas sus
capacidades; en el caso de los niños y niñas de primaria, ellos van a empezar a
adquirir los elementos para la comprensión del conocimiento. En este sentido,
se desarrollan aspectos como los siguientes:
- Estimular el sentido crítico, es decir, que niños y niñas puedan
cuestionar y dar su opinión según su propio criterio.
- Despertar la curiosidad intelectual, dado que la curiosidad es una característica
del desarrollo infantil. En este sentido se busca que en los niños y las
niñas nazcan las ganas de investigar y encuentren placer en hacerlo.
- Ejercitar la memoria, con el
objetivo de que niños y niñas se nutran con todo tipo de experiencias que
les permitan desarrollar su pensamiento.
- Lograr autonomía en la toma de decisiones, es decir, que los niños y niñas puedan
tener experiencias y llevar a cabo actividades donde puedan ejercitar su
autonomía.
Aprender a
hacer
Aprender haciendo es el segundo pilar de la
educación, el cual permite recordar que aprendemos manipulando, actuando, ya
que al hacer una observación o manipulación nuestros órganos sensores (los
sentidos) mandan los impulsos originados al córtex cerebral, a partir de lo
cual se crea nuestra imagen del mundo y se hacen las predicciones sobre su
funcionamiento.
El mejor
aprendizaje no vendrá de encontrar las mejores formas para que el profesor o
profesora instruya, sino de dar a niños y niñas las mejores oportunidades para
que construyan tal aprendizaje.
Los niños y las niñas aprenden jugando,
aprenden creando, aprenden en grupo. Y por medio de estas actividades pueden
poner en práctica el aprender haciendo.
Aprender a ser
La educación debe
permitir que cada persona desarrolle y nutra un pensamiento crítico, de juicio
propio, desde el cual le sea posible determinar por sí misma qué debe hacer en
las diferentes circunstancias de la vida. Es decir, se busca que la persona sea
libre, autónoma.
El aprender a ser
permitirá que la persona desarrolle aspectos tales como:
- Pensamiento crítico. Para llegar a él, el niño o la niña debe
ejercitarse desde la infancia y se debe brindar oportunidades para que
pueda ponerlo en práctica y elaborar juicios propios, es decir, para que
adquiera autonomía.
- Libertad de pensamiento, sentimiento y
acción. Los niños y las
niñas deben aprender desde pequeños a asumir responsabilidad sobre su ser.
- Creatividad e innovación. Se debe garantizar a niños y niñas un espacio
en el cual se les permita explorar su capacidad creadora e innovadora.
- Búsqueda del bien común. Esto implica que niños y niñas se
respeten a sí mismos y respeten al otro y, también, que aprendan a actuar
con justicia, solidaridad y actitud de servicio.
Aprender a convivir
La convivencia es una situación inevitable.
Nacemos en una familia y, salvo excepciones, los seres humanos viven en
agrupaciones más amplias: tribus, pueblos, ciudades. Pero las dificultades de
la convivencia surgen del enfrentamiento
de los deseos y de los intereses. Queremos cosas distintas y entonces no nos
entendemos, o queremos las mismas cosas y entonces nos enfrentamos. El deseo
individual nos separa, los proyectos comunes nos une. Saint-Exupery escribe en
una de sus obras: “Haz que edifiquen juntos una torre, y les convertirás en
hermanos. Pero si quieres que se odien, arrójales comida”.
El individualismo dificulta la convivencia y
gran parte de las disfunciones sociales que podemos proceden de ahí, pero por
muchas razones, después de una larga historia de fracasos, nuestra cultura
defiende la persona concreta – no la
comunidad- como gran valor.
Aprender a convivir significa “aprender a
convivir bien. ¿Y esto que quieres decir? Una buena convivencia es la que
facilita o promueve la felicidad de los participantes.
Las normas morales son impuestas por la
sociedad al individuo, en nombre del bien común. Lo que necesitamos es elaborar
una noción de “bien común” en la que esté incluida la autonomía, la libertad,
la búsqueda de la felicidad privada de cada persona. La gran dificultad de la convivencia
procede del choque entre el individuo y la comunidad, entre el individuo y el
otro individuo, y solo podrá resolverse, o al menos apaciguarse, respetando
esas normas. Convivir es cuestión de habilidades psicológicas y de respetos
morales. Porque la moral nos protege de las intermitencias del corazón o de los
deseos tenaces pero injustos.
Para poder tener
una convivencia pacífica, para interactuar y conocer a los demás y para lograr trabajar
por objetivos comunes, es importante desarrollar una serie de valores y
actitudes como los que se señalan a continuación:
- Desarrollo del autoconocimiento y la
autoestima. Tarea que niños y
niñas deben emprender desde la primera infancia.
- Desarrollar la empatía, es decir, la capacidad de ponerse en el
lugar del otro. Aquí es importante que niños y niñas tengan la oportunidad
de iniciarse en la empatía, aunque esta no se adquiera en esta etapa, pero
sí se sientan las bases para su desarrollo.
- Resolución de conflictos sin violencia. Los niños y las niñas se ejercitan en la
resolución de conflictos haciendo uso del diálogo y el respeto al otro
- Cooperación.
Aprenden a compartir y trabajar en equipo por un bien común, disfrutando
de las metas alcanzadas en grupo.
- Tolerancia a las diferencias. Los niños y las niñas se pueden
reconocer como diferentes a nivel personal pero iguales en derechos.
PERO ¿POR
QUÉ ES IMPORTANTE LA CONVIVENCIA ESCOLAR?
En el marco del Derecho a la Educación como derecho humano
fundamental, y en especial de la iniciativa “Educación para Todos”, esto
significa que la convivencia escolar, entendida como prevención de violencia,
generación de climas escolares constructivos/nutritivos y/o formación
ciudadana, debe ser parte de la garantía del derecho y por tanto se ha ido
constituyendo como un eje cada vez más central de las políticas educativas.
Una parte de los esfuerzos por mejorar la convivencia escolar se basa en una racionalidad instrumental que entiende a la convivencia escolar como un medio para lograr buenos aprendizajes. La escuela debiese ser un espacio donde los niños construyan aprendizajes académicos y socioemocionales y aprendan a convivir de manera democrática, convirtiéndose en los protagonistas de sociedades más justas y participativas (UNESCO, 2013).
Así, la educación social,
emocional, ética y académica es parte del derecho humano a la educación que se
debe garantizar a todos los estudiantes. Además, a participar se aprende, y
este es uno de los elementos que forman parte de la educación para la
ciudadanía, que se reconoce actualmente, junto con los logros en los
aprendizajes académicos, como uno de los objetivos finales de los sistemas
educativos.
¿CÓMO
ENTENDEMOS LA CONVIVENCIA ESCOLAR?
Las formas de abordar la convivencia escolar se relacionan con las
maneras en que entendemos la convivencia escolar.
Las concepciones generan ciertos efectos sobre las prácticas
escolares. Así, una concepción de la convivencia focalizada en los problemas de
conducta de los estudiantes, tenderá a generar sistemas de castigo ante la
falta de cumplimiento de las normas esperadas, fortalecerá la creación de
sistemas de normas y velará por su cumplimiento.
Una concepción centrada en el ambiente de aprendizaje, tenderá a
involucrar más a los profesores en la comprensión de que ellos son parte de la
solución, en tanto pueden ser también parte del problema, y tenderá a vincular
la convivencia escolar con los aspectos técnico-pedagógicos, para crear
ambientes de aprendizaje que logren mejorar el rendimiento de todos los
estudiantes.
Por último, una concepción de convivencia escolar de tipo
transformacional vincula a la escuela con la formación en ciertos valores
sociales y humanos (por ejemplo, valores republicanos, cristianos) y generará
acciones que vinculan fuertemente a la convivencia escolar con el ethos
escolar, generando una fuerte identidad de estudiantes y apoderados con la
escuela y promoviendo acciones de la comunidad escolar que trascienden el aula.
Con estos pilares de la educación también
podemos aprender con unas herramientas que lo docentes de aula, educadores físicos,
docentes de artes e incluso los padres de familia realizan son:
Aprender jugando
Es una herramienta
esencial durante el proceso de aprender. Significa conocer ciertas normas y
crear otras. Si en ese aprender haciendo damos a niños y niñas normas y reglas
que todos entiendan, acepten y cumplan, tanto estudiantes como profesores,
entonces la enseñanza-aprendizaje se convierte en un juego admitido por todos y
asegura la posibilidad de incorporar elementos de la realidad. El aprender
jugando favorece igualmente el aprendizaje formal y el informal y también la
creatividad. Algunos ejemplos de aprender jugando en relación al tema ambiental
son los siguientes:
- Aprender jugando con agua: juegos de mesa
sobre el agua, juego competitivo de lavarse las manos con la menor
cantidad de gotas de agua.
- Aprender jugando con energía: resolver el
acertijo sobre cómo llega la luz a nuestras casas.
- Aprender jugando con biodiversidad: completar
definiciones y jugar a adivinar a qué animal en peligro de extinción
corresponde una definición.
- Aprender jugando con residuos sólidos: jugar a ser detectives del medio ambiente identificando las zonas de contaminación de nuestra comunidad, por equipos y resolviendo pistas.
Entendiendo la
creatividad como una actitud o capacidad de relacionar, reestructurar elementos
de la realidad, calcular, reflexionar, formar combinaciones, deshacer para
rehacer, descubrir la multiplicidad, inventar nuevos enfoques. De estas maneras
se logran ideas o productos originales o relevantes, sabiendo que todo logro es
perfectible. El y la estudiante crea porque le satisface y lo siente como una
conducta autorrealizadora. La creatividad no solo se ubica en un plano
cognitivo, sino que tiene claras manifestaciones afectivas y emocionales y
evidentes vínculos con los procesos de desarrollo personal.
De ahí la
importancia de que en las aulas de primaria se generen estas experiencias
vivenciales, donde se busque:
- Desarrollar procesos cognitivos para relacionarse
con el mundo exterior (tocar, observar y comparar, entre otros), crear
representaciones mentales y simbolizar.
- Promover el aprendizaje creativo y reflexivo,
permitiendo que sean los niños y las niñas los protagonistas, elaborando
sus propias hipótesis, llegando a sus propias conclusiones y generando su
propia creatividad.
- Desarrollar su autoestima, es decir, sentirse
seguros y libres para expresarse, desarrollando el principio de
autoeficacia, es decir, que se sientan capaces de poder realizar diversas
tareas y hacerlas bien.
Aprender en grupo
Diseñando y generando espacios para aprender en
forma colectiva, aprender a través de la acción-investigación y aprender con
otros. Estos espacios pueden ser complejos o elementales, pero en todo caso toda
acción, investigación, competencia e intercambio, con visión global y acción
local, es un espacio donde más tarde o más temprano todos nos iremos situando.
Fomentar el trabajo en grupo en la educación
primaria es fundamental, ya que por medio de él:
- Se permite que niños y niñas aprendan a
organizarse y a repartir roles y tareas para lograr el bien del grupo.
- Se desarrolla el sentido de pertenencia y de
compromiso con los demás.
- Se promueve la tolerancia y el respeto por el
otro.
- Se fortalecen las habilidades de opinar y de
escuchar.
- Se desarrollan habilidades para la resolución
de conflictos.
- Se permite la formulación y sustentación de
hipótesis.
- Se aprende a valorar y respetar las
diferencias de opinión.
- Se favorece el desarrollo de la autoestima y
la motivación.
- Se favorece la autocorrección y la
autoevaluación de las tareas realizadas.
Con todo lo señalado con anterioridad…
¡RECAPITULEMOS!
Cuando el niño
juega por jugar no reflexiona acerca de sus conocimientos, en cambio cuando
juega con una guía o una estructura va construyendo nuevos conocimientos y
saberes. Por que es sumamente importante la mediación del docente o la docente
para que niños y niñas reflexionen críticamente y asuman compromisos y
responsabilidades que les faciliten la convivencia y los hagan conscientes del
valor de los recursos y de su uso óptimo.
Las personas que se
llevan bien con los demás tiene buenas habilidades para la convivencia-estas habilidades
se desarrollan cuando las personas se relacionan unas con otras, aprenden como
son ellas mismas y toman en cuentan los sentimiento de los demás.
Es importante para
todos saber convivir con cualquier-grupo- sea una familia, un grupo de amigos o
incluso los compañeros de curso en la escuela. Porque los niños no solo
aprenden por la forma en que nosotros les enseñamos las cosas y lo tratamos. También
aprenden cuando observan cómo la gente de su comunidad se trata entre sí.
Recursos bibliográficos:
https://hesperian.org/wp-content/uploads/pdf/es_hcwd_2008/es_hcwd_2008_Cap10.pdf
VERÓNICA LÓPEZ. APUNTES: EDUCACIÓN Y DESARROLLO POST-2015.
CONVIVENCIA ESCOLAR. PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE VALPARAÍSO. OFICINA
SANTIAGO. OFICINA REGIONAL DE EDUCACIÓN PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE.2014-
N°4. www.unesco.org/santiago
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